Esto viene siendo un resumen de mi estancia en Salamanca hasta ahora; me gustan las clases, conoci a algunas personas bastante agradables, y a otras que me dieron mal rollo con sólo mirarlas. fui al concierto de Maga, me emocione, canté a grito pelao, y eché de menos Una piel de astracán en el repertorio, aunque casi lloro cuando versionaron Golpes Bajos me emborraché y horas depués me quedé completamente muda, hasta tres dias despues, que recupere el habla. Mientras, hable por señas y unos heavies que conocimos pensaron que les estaba puteando. Pero yo no les puteaba. Permanecí conveleciente algo más de una semana a causa de un infortunado catarrazo, estuve noches sin dormir por causa de mis violentos ataques de tos, me puse cachas de abdominales de tanto toser, perdí clases, me reincorporé y volví a dibujar al gordo calvo peludo de siempre, y encontré cierto gusto en la cosa de pintar michelines. Decidí plantar cara a mi obsesión con la Venus de Milo y la empecé a dibujar, a fin de calmar mis interrogantes acerca de si estará bien construida o no. Aunque yo creo firmemente que no, porque no está equilibrada y debería caerse. ¡Y sin embargo no se cae! Empecé un trabajo sobre la teoría de la imagen con un gaditano, una argentina, una valenciana, y una charra, y llegamos a la conclusión de que era todo lo mismo. Hojeé un libro con mil portadas de discos, descubrí que a la argentina le encanta Tim Burton, y que Escher y sus grabados nos vendrían perfectospara ilustrar el trabajo. Estuve a punto de morir ahogada a causa de las lluvias torrenciales mientras esperaba el autobus para ir a clase, y punto de volar a causa de un viento loco que arruinó mi peinado. Comí de Mc Donalds y sentí la emocion del reencuentro con la comida basura. Obligué a Aida a ver mis películas y ella no protestó. Me fui de mano a mano con Aida, me bebi 5 cervezas y cai en la mas miserable e inmunda de las borracheras, la cual me costó una resaca horrible; cerré el Country y me fui al Potemkin, donde un chileno me entró al morro después de yo haberle repetido incansablemente que tenia novio y no queria nada con él; me zafé hábilmente y huí con Aida descojonándose detrás de mí. Un relaciones públicas de un bar muy bisbalero, nos interceptó y nos dijo que si entrábamos en aquel antro, nos invitaba a unas copas por tres euros, y yo en mi lucidez de borracha le dije que si eran a tres euros, entonces no nos estaba invitando, y me fui, de nuevo, con Aida descojonándose detrás de mí, y dejando al pobre tipo con un careto tremendamente pensativo, tratando de desentrañar el significado oculto de mis palabras. A las 7.30 llegué a casa haciendo eses, me metí en la habitación, me quede en tanga y me dejé caer en la cama, quedandome sopa al instante, y despertando diez horas después (llegué a las 7 a casa) exactamente en la misma postura en la que me había dormido en paños más que menores. Ví el Gran Premio de Brasil de fórmula 1 con una resaca infame (ganó Juan Pablo Montoya, Alonso quedó cuarto) y me complací al descubrir que me parecía un deporte interesante y cuyos comentaristas poseen un gran sentido del humor. Cené pizza y pan de ajo relleno de bacon, y me rebocé en el sofá a hacer la digestión hasta que me cansé y me fui a la cama a terminar de leer Cien años de soledad, no podía dormir, me levanté a las 7, desayuné, fui a clase y descubri que tenía que ir al banco a hacer unos trámites de cierta importancia, me fui, hice mis trámites, volví a casa y antes de entrar, me metí en el ciber de al lado, y aqui estoy elaborando esta lista tan cansina. Fin. Nos vemos el vien-nes.
Muchos besos a todos y todas.
María.
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